Juan Marsé
La señora bajó del taxi y tras ella asomó una mano de cera de la bocamanga caqui, entregándole el paquetito envuelto en papel de seda y liado con un cordón de purpurina. La señora lucía sobre los hombros una negra mantilla bordada y en la cabeza un sombrerito azul con violetas y el velo recogido.
(Si te dicen que caí)
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