sábado, 7 de febrero de 2009

ESCRITO POR...

Georges Bernanos

Acabo de pasar una hora larga apoyado en la ventana, a pesar del frío que hace. El claro de luna en el valle forma una especie de algodón luminoso, tan leve que el movimiento del aire lo arrastra en torbellinos que ascienden oblicuamente hacia el cielo, planeando a una altura vertiginosa... Y sin embargo, tan cercanos... Tan cercanos que veo flotar los jirones en la copa de los álamos. ! Oh, quimeras!
En realidad no conocemos nada de este mundo, no pertenecemos a él.

( Diario de un cura rural)

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