Arturo Lopez-Reverte
Menchu se durmió al filo de las dos de la madrugada. Julia le puso una manta encima y estuvo un rato junto a ella, velando su sueño inquieto. A veces se removía y murmuraba sonidos ininteligibles , apretados los labios , el cabello en desorden sobre la cara.
( La tabla de Flandes)
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