D.H. Lawrence
No fue al bosque ese día, ni al siguiente, ni al otro. No fue mientras intuyó , o creyó intuir , que el hombre la esperaba, la deseaba. Pero al cuarto día se sintió terriblemente agitada e inquieta. Sin embargo se negaba a ir al bosque a abrirle los muslos una vez más al hombre.
( El amante de Lady Chatterley)
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