sábado, 21 de febrero de 2009

ESCRITO POR...

Emily Dickinson

Al morirme, una mosca oí zumbar;
había
en la estancia una calma
parecida al sosiego
del aire entre un jadeo de borrasca.

Unos ojos sin lágrimas en torno;
y todos contenían el aliento
para el último asalto, cuando el Rey
ya está en el aposento.
( Al morirme una mosca oí zumbar)

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