Carmen de Perceval
Pasó el tiempo y nada se supo de él... La niña todos los días bajaba al río y allí , en el mismo lugar donde lo conoció , recordaba en silencio su mirada oscura y melancólica. Y allí , junto al río, se la puede ver cada atardecer , sentada, con su mirada azul fija en el cielo,esperando, esperando, a su querido amigo el caracol.
( Cuentos desde el sur)
No hay comentarios:
Publicar un comentario