Luis de Castresana
- Debo irme- dijo Ana.
Y él musitó:
- Sí
Se abrazaron furiosamente.
Ella se desasió con suavidad y de nuevo le buscó la mirada.
- Te esperaré, Martín, te esperaré siempre.
- Adios, amor mio, esposa mía.
- Recuerda, Martín, te esperaré.
- Si- dijo él- Volveré pronto, te lo juro.
Se fue de prisa, perdiéndose en la noche, y de repente Ana sintió un vacío total dentro de sí.
- ! Vuelve pronto, Martín, vuelve pronto! - gritó con grandes voces.
Y rompió a llorar con un llanto ruidoso e incontenible.
Y él musitó:
- Sí
Se abrazaron furiosamente.
Ella se desasió con suavidad y de nuevo le buscó la mirada.
- Te esperaré, Martín, te esperaré siempre.
- Adios, amor mio, esposa mía.
- Recuerda, Martín, te esperaré.
- Si- dijo él- Volveré pronto, te lo juro.
Se fue de prisa, perdiéndose en la noche, y de repente Ana sintió un vacío total dentro de sí.
- ! Vuelve pronto, Martín, vuelve pronto! - gritó con grandes voces.
Y rompió a llorar con un llanto ruidoso e incontenible.
(Retrato de una bruja)
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