Mark Twain
Examinó con curiosidad e interés profundo su servilleta, porque era de una fabricación muy bella y delicada, y luego dijo con sencillez:
-Por favor, lleváosla , para que mi falta de cuidado no la ensucie.
-Por favor, lleváosla , para que mi falta de cuidado no la ensucie.
( El príncipe y el mendigo)