viernes, 10 de abril de 2009

ESCRITO POR...

André Maurois


En aquel invierno de 1765, se veía errar por las montañas vecinas del Gévaudan a un animal enorme que, entrando en los patios de las granjas, se llevaba aves e incluso cerdos. Algunos decían que se trataba de una hiena escapada de una casa de fieras, pero los campesinos sostenían que el animal de Gévaudan era un monstruo de una especie desconocida y temblaban cuando oían sus aullidos en el bosque. La abuela recomendaba al abate Fayon que no se alejara con su discípulo , pero Gilbert deseaba encontrar a la fiera y matarla. Costó mucho impedirle que saliera solo, con su diminuta espada al costado, para atacar al animal apocalíptico: " Yo soy señor de este pueblo - decía- y me corresponde defenderlo".

( Adriana)

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